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¿Quiés es Dios ?
Dios es un Ser que existe por Sí mismo desde siempre, absolutamente simple Espíritu, infinitamente perfecto, Creador de cielo y tierra, y soberano Señor de todas las cosas.
Dios no necesita de nada ni de nadie para existir, Dios se basta a Sí mismo, es decir, Dios es auto-existente y auto-suficiente.
Como Dios es infinito y perfecto, ningún ser creado puede comprender plenamente su naturaleza. Dios, por tanto, resulta incomprensible, inaccesible a nosotros, seres humanos imperfectos y limitados. Así dice San Pablo de Dios: “Al Unico Soberano, Rey de Reyes y Señor de los Señores, al único inmortal, que vive en una Luz inaccesible y que ningún hombre ha visto ni puede ver, a El sea el honor y el poder por siempre jamás” (1 Tim. 6, 15-16).
Infinito significa ilimitado, que no tiene límite. Todo lo creado es finito, tiene límites, por más grande que pueda ser. Por ejemplo, hay límite en el agua de los mares, hay límite en la energía del átomo. Pero Dios no tiene límites de ninguna clase.
Que Dios sea infinitamente Perfecto significa que no hay nada bueno, deseable o valioso que no lo tenga Dios y que, además, lo tenga en grado absolutamente ilimitado.
Las perfecciones de Dios son Dios mismo … o como se diría en Teología: son de la misma sustancia de Dios. Esto significa que, para ser exactos, no deberíamos decir “Dios es bueno”, sino “Dios es Bondad”. Ni tampoco “Dios es sabio”, sino “Dios es Sabiduría”.
Tampoco diríamos Dios ama, sino que Dios es el Amor mismo. Así lo expresa San Juan: “Dios es Amor” (1 Jn. 4, 8b).
La perfección ilimitada de Dios significa también que no hay nada bueno, deseable o valioso en el universo que no sea reflejo de Dios, el cual posee esa cualidad en medida inconmensurable.
Tal es el caso de la belleza infinita de Dios. Como Dios es la hermosura misma, la belleza que podemos encontrar en la naturaleza es un pálido reflejo de la hermosura infinita de Dios. Lo dice el libro de la Sabiduría sobre la actitud de los seres humanos respecto del fuego, el viento, la brisa, el cielo estrellado, el agua, las estrellas:
“Fascinados con tanta belleza, los consideraron como dioses, pero entonces, ¿no debieron haber sabido que su soberano es todavía más grande? Porque sólo son creaturas del que hace que aparezca toda esa belleza … Porque la grandeza y la belleza de las creaturas dan alguna idea del Que les dio el ser” (Sb. 13, 2-5).
Son los místicos quienes mejor expresan la infinita hermosura de Dios. El franciscano Fray Luis de Estella en sus “Meditaciones devotísimas del Amor de Dios”, escribe esto:
“Toda hermosura, comparada con la hermosura del Señor, es fealdad muy grande. ¡Oh hermosura tan antigua y tan nueva, cuán tarde te conocí y cuán tarde te amé!”
Y el Doctor Místico, San Juan de la Cruz, en su “Cántico Espiritual” dice así:
“Si el alma tuviese un solo atisbo de la alteza y hermosura de Dios, no sólo una muerte apetecería por verla ya para siempre, … pero mil acerbísimas muertes pasaría muy alegre por verla un solo momento, y, después de haberla visto, pediría padecer otras tantas por verla otro tanto”
Oración:
Señor, Dios Infinito y Perfecto,
ante Ti, todo parece nada … todo es nada.
Todo lo que de este mundo pudiera atraerme
es basura, es vacío, es falsedad …
¿Qué son la belleza, los amores, los placeres, las riquezas, los honores de aquí,
ante la infinita perfección de tus atributos,
los cuales contemplaremos
gozosos en el Cielo?
¿Qué son esas cosas para llevarnos
a perder de vista tu infinito Amor?
Sólo Tú puedes saciar nuestro corazón,
inundándolo de ese gozo inenarrable
y eterno que nos espera.
Amén.
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